martes, 22 de marzo de 2011

Industrias culturales, la radio:


En Guatemala, existen 4 corporaciones grandes de radio: Central de Radio S.A. tiene las emisoras La Marca, Alfa, Galaxia, Xtrema, Sonora y Tropicàlida.  Emisoras Unidas agrupa a  Kiss FM, La Grande, Fabuestereo, Atmósfera y Yo si sideral. Radio Corporación Nacional tiene a FM 95, Fama, Globo, Mia y Clàsica. Luego hay otras dos cadenas màs pequeñas con 4 y 3 emisoras de la misma lìnea, los grupos El Tajiìn y Nuevo Mundo. Las ùnicas radios independientes, segùn las pàginas amarillas son Corporación de Radios “Visiòn” con dos estaciones cristianas.  Sin embargo, dentro del cuadrante se encuentran màs estaciones de ese tipo dirigidas a la juventud.  Una excepción es radio infinita que parece ser la ùnica radio realmente independiente donde se escucha mùsica distinta, algo vanguardista pero siempre se trata de ser mùsica placentera, no radical,  de algùn mèrito artìstico pero no provocadora, tal como lo expresaba Adorno cuando analiza a la mùsica del radio y la atribuye la cualidad de “aderezo”.   Gèneros musicales que adormecen cuya ùnica funciòn es entretener en lugar de hacer pensar a la gente, crear conciencia o provocar sensaciones fuertes.   

Los gèneros que se presentan son: Top 40 USA actual y del recuerdo, canciones muy conocidas de Rock Clàsico, Rock y pop suave, mùsica tropical, Reggaeton, Top 40 Mexicano y de paìses caribeños, Rock y gèneros de mùsica alternativa transformados en mùsica cristiana, mùsica romàntica actual y del recuerdo.  Para que una canciòn tenga el formato radial debe cumplir ciertas condiciones, por ejemplo, debe tener un estribillo que se repita varias veces en la canciòn, algo que la haga recordar fácilmente o que sea pegajosa, dos estrofas al principio un solo instrumental en el medio,  otra estrofa al final etc. No debe ser muy larga ni muy corta, de cuatro a cinco minutos como màximo.   En este estilo no hay espacio para la experimentación y poco para sonidos nuevos, letras provocadoras o la expresión de emociones humanas, fuera de los temas que màs predominan en las canciones de radio como la relaciòn romàntica o la atracción al sexo opuesto. El tema de la repetición fuè analizado por Adorno en sus ensayos y es explotado por las emisoras guatemaltecas que no solo aprovechan lo repetitivo de la canciòn sino que dicha canciòn la repiten al menos 15 o 20 veces al dìa.  Pareciera ser que el objetivo de las radios no es yà comunicar, dar a conocer arte o entretener sino mas bien, desesperar al repetir las canciones hasta la saciedad llegando a “quemarlas” de modo que, tras varios meses de escuchar tanto la misma tonada, el oyente no quiera saber nunca màs en la vida de la canciòn y de su intèrprete cuando es posible que este, tenga un amplio repertorio de calidad que nunca llegarà al publico en general.

Definitivamente esta, es una fòrmula que utilizan las disqueras tambièn, en la fase de producción de canciones para las masas cuyo objetivo primordial sea convertirse en èxito radial para que la gente compre un disco, asista a un concierto o consuma los productos que se anuncian en la radio. No se escuchan o se escucha muy poco mùsica que provoque, que exprese rebeldìa o protesta social, tanto con letras como con ritmos y sonidos. Tampoco mùsica que perturbe o pueda provocar un cambie al individuo, que lo haga pensar o altere su conciencia lo que logran estilos musicales como el Hip-hop, Trance, Drum & Bass, Big Beat, Industrial, Goth, Black & Death Metal, Hardcore, Punk, Noise, Alternativo, Post-punk, etc..donde un amplio rango de temàticas y emociones humanas son expresadas tanto en letras como en ritmos y sonidos, totalmente fuera de los temas de sentimentalismo meloso y de la atracción al sexo opuesto en forma trivial que colman las canciones radiales.  Aquì se explora la melancolía, el entusiasmo, la energìa, la frustración, la polìtica personal, el humor, la espiritualidad, la protesta social, la sensualidad, el odio etc. Todos estos gèneros son muy difíciles de encontrar en la programación regular pues no se adaptan a las necesidades de las radios en Guatemala.

Dichas radios deben tener un objetivo puramente comercial, al ser empresas que buscan utilidades màs que comunicar.  No les conviene mucho provocar un cambio polìtico o social que pueda afectar a sus patrocinadores ni tampoco perder oyentes al presentar tipos de mùsica radical, poco conocida, aunque tenga calidad y propuesta.  Esa es la razòn por la que tampoco se atreven a editar sus programaciones, es decir incluir piezas que, aunque sean de artistas conocidos, incluso con melodìas pegajosas, no sean  los èxitos que ya han dado resultado en otros paìses, lo que siempre, es un riesgo, pensaràn. 
Es conocido el truculento sistema, por las compañìas productoras de mùsica, de pagar a los medios para que toquen a determinado artista, lo cual por supuesto no se dà en Guatemala ya que es difícil que los medios tengan contacto directo con los artistas o managers, a menos que estèn de gira por el paìs, sin embargo, esto se dà en otros paìses y es un hecho que ha sido denunciado en medios de comunicación por mùsicos principalmente, que ven afectados sus intereses al perder espacio.  Este sistema de pago es una forma de corrupción del sistema pues al hacer esto, los medios pierden totalmente su autoridad como editores de cultura al incarse ante el dinero.  El mùsico en general se ve tambièn muy afectado ya que los buscarà màs hacer conectes y productos musicales fàciles antes que presentar material de mèrito lo cual hace descender el nivel cultural en general.

La piratería constituye otro factor que desmotiva a los mùsicos, principalmente a los que estàn empezando pues si bien, afecta a los artistas de mayor trayectoria y popularidad siguen teniendo ingresos por sus presentaciones y algo tambièn por regalìas o ventas de discos, en cambio el que inicia o realiza mùsica no comercial pero de valor artìstico no tendrà recursos para costear su mùsica.  Es necesaria la creación de bienes culturales dentro de una industria pero por compañìas independientes de los grandes conglomerados,  parecido al fenómeno “indie” que surgiò en los años ochenta y noventa en Estados Unidos, donde gran cantidad de artistas y grupos de gèneros como el punk, hardcore, alternative y hip-hop al no quererse someter a la voluntad de las grandes productoras culturales como Warner Brothers, EMI, Geffen, etc, formaban sus propias disqueras logrando tambien ellos, renombre y popularidad. 

En Guatemala se dio tambièn este fenómeno pues existieron algunos estudios que grababan a grupos nacionales, logrando distribución independiente de DIDECA, la empresa guatemalteca que fabricò discos durante mucho tiempo.  Parece ser que a las industrias culturales les saliò “el tiro por la culata” al cambiarse a principios de los noventa del formato de disco de acetato, al disco compacto pues este era un producto màs barato de producir ( aprox. $1.00) pero que les generaba unas ganancias sustanciales ya que en el mercado el cd se vendìa por $16.00.  Desde que surgieron los discos grabables y un poco después, los reproductores mp3 es posible obtener casi cualquier material discogràfico en la red, de manera gratuita, ha dejado de ser una industria para convertirse en material de dominio pùblico a pesar de los esfuerzos de las discogràficas por controlarlo y cobrar a los usuarios por canciòn y album descargado.  Han existido distintos sistemas para bajar mùsica en la red como Napster, Imesh, Limewire, E-Mule pero el màs efectivo de todos parece ser los denominados “Torrents” o “Torrentes” que archivan discografìas completas de artistas y algunas películas.  Es el sistema màs efectivo pues, a diferencia de los anteriores, la persona que baja musica no tiene que “hacer cola”, es decir, esperar a que el archivo estè disponible sino simplemente comienza a descargar, normalmente, sin ningùn problema.  Los archivos “rar” son otra opciòn, pues se bajan archivos grandes comprimidos y luego se descomprimen utilizando claves que muchas veces son fàciles de obtener en la red dentro de blogs de aficionados a la mùsica que proliferan bastante y son muy difíciles de controlar.

En conclusión parece que la tendencia de la industria musical y de la producción discogràfica es que desaparezca poco a poco pues la batalla la parece estar ganando el usuario y la piratería, tanto la de la calle, que lucra con esto por lo que constituye un delito, como por la del Internet, donde se obtiene, una gran mayorìa de la producción gratuitamente y de una forma relativamente fácil.  Estas no son buenas noticias para los nuevos artistas que sean vanguardistas con nuevas propuestas y por esta misma razòn afectarà a la cultura en general, pues llegarà un punto en que no habrà ya nada nuevo en lo que a mùsica se refiere.

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